Algunas flores se convierten en frutos que en su interior contienen semillas. Cuando el fruto madura, cae a la tierra, y de la semilla, con el agua y el calor, comienza a crecer una nueva planta.
Las flores tienen polen en sus estambres, que al pasar a otra flor hace que se reproduzcan y nazcan unas nuevas plantas. Muchas veces, el viento y los insectos también ayudan a que el polen pase de una flor a otra.
De la semilla al fruto.