La gente común se alimentaba sobre todo de pan, aceite, queso,
aceitunas y si podían un poco de carne de vez en cuando. También
tomarían fruta (uvas, higos, manzanas) , frutos secos (almendras y
piñones) y verdura (espárragos, lechuga, zanahoria, cebolla y ajo).
Los romanos se tumbaban en una especie de pequeño comedor con sofás que rodeaban una mesita excepto por un lado, que era por donde
se llevaba la comida.